sábado, 6 de marzo de 2021

MONTMARTRE, PARÍS

 

Ahora que no estamos tan cerca 

y tengo el vértigo en la garganta, 

mis carcajadas ya no suenan igual.

-       Creo que quiero volver 

a las risas prohibidas por las noches. -

 

Sé que estás en el polvo de mariposa

y en los nervios de mis manos. 

También sé que me inundará

cada vez que se acerque noviembre.

 

Lo sé porque hace tiempo 

que encajamos las piezas de este puzle.

 

Porque nuestros rotos 

suenan igual.

 

Porque nuestra complicidad ha nacido del amor a lo distinto, 

de dos mismos cuerpos.

 

Porque la tristeza, 

contigo, 

tiene color azul cielo.

Y me has enseñado a abrazar el arcoíris 

después de cada tormenta.

 

Porque dicen que cuando sonreímos 

nos parecemos más.

También dicen que Paris es la ciudad de la luz, 

qué lástima mi vida,

no te conocen.

Tú y yo sabemos

que París nos quiso suyas 

y lo fuimos tanto,

que sin quererlo 

nos derretimos en sus calles.

 

Ahora que estamos tan lejos, 

sé que este vacío que me he llevado conmigo 

no lo llena 

ni el vértigo de mi garganta 

ni el polvo de mariposa,

ni los nervios de mis manos,

ni noviembre cada vez que venga a inundarme con sus tonos grises

y el azul de nuestra tristeza.

 

Cuando París vuelva a abrazarme, 

y vea en Montmartre a todos esos pintores,

te recordaré a ti 

y recordaré como tus ojos,

grises,

pintaban los míos,

una y otra vez, 

negros.   

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